martes, 25 de julio de 2017

PRESENTACIÓN DE LA MEDALLA DE NUESTRO PADRE JESUS DE JABALQUINTO (DIARIO JAÉN)


Palabras para el acto de presentación de la Medalla dedicada a NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO por DIARIO JAÉN.

Pedro A. López Yera.

JABALQUINTO. 24.07.2017.

Buenas noches.

Una medalla, amigos y amigas jabalquinteños, siempre ha formado parte de ese pequeño legado que nuestras madres y abuelas han ido atesorando a lo largo del tiempo y que han jalonado nuestra vida: desde la medallita que nos colocaron en el bautizo pasando por la de la primera comunión, ha sido una costumbre muy popular llevar al cuello o prendida en un broche la imagen de nuestro patrón o la de esa virgen a la que encomendar tal o cual actividad diaria en petición de ayuda o de simple compañía reconfortante.

Y eso ha sido así en la mayoría de las veces más allá incluso de ideologías. Una medalla es un guiño a la tradición, a lo que nuestros ancestros nos han aportado con su vida y su experiencia. Una manera de sentirnos seguros en mitad de la vorágine del día a día aunque en muchas ocasiones ni siquiera hayamos sido conscientes de ello.

Hoy, en este acto entrañable, DIARIO JAÉN nos deja una nueva medalla, otro tesoro que guardar o que lucir, al que elevar una plegaria o al que sentir a cada paso latiendo al unísono con nuestro pecho. Y no podía estar dedicada mas que a Nuestro Padre Jesús.

Una imagen que lleva en su nombre la palabra PADRE y que, además, se nos muestra con el posesivo NUESTRO delante, despierta especiales sentimientos. Un padre nos quiere, nos alimenta, nos empuja a vivir, nos muestra el camino que hemos de aprender a seguir, nos ilumina en tiempos complicados, nos alienta cuando el desánimo aparece, nos mira y en esa mirada lo comprendemos todo. Y todo eso nos inunda cuando le recreamos en nuestro interior, pero también cuando le vemos procesionar, majestuoso en su dolor, con la galanura propia de quien arrastra una misión inconmensurable. A su paso nos sabemos más humanos y, quizá, nos olvidamos de todo eso que nos hace desviarnos del camino sencillo y ofrecer nuestra mano, nuestro hombro, a quienes caminan con nosotros.


Escribí hace justamente ahora veinte años -en un pregón de feria- a Nuestro Padre Jesús unas palabras que decían:  “Nos miras y sentimos tu mirada, Jesús. Incluso somos capaces de escuchar tu voz con el oído del corazón. Nos hablas directamente a lo más hondo de nuestro ser. Tu manto parece ir acogiendo a los jabalquinteños a tu paso. Los reflejos dorados, como avecillas que se posan quedamente sobre el regio tejido, son como guiños a quienes te esperan; como íntima confirmación a todo lo que te pide cada corazón cuando pasas junto a él. Solo hay que mirarte para olvidarse de las pequeñas cargas, de esos roces, a menudo carentes de sentido, que nos enfrentan y sentir dentro un chasquido, una llamarada –la tuya- que nos permita salir indemnes y sonreír al porvenir”

Con esta promoción de DIARIO JAÉN muchos jabalquinteños y jabalquinteñas te llevarán ahora no solo en lo más íntimo de su pensamiento sino que también lucirán con orgullo tu imagen junto a su corazón.  Quizá resuenen en sus oídos versos como los que te dediqué hace ya algunos años:



Cuan triste te presentas

a quienes esperan ansiosos tu salida.

Dolor transido en la mirada,

rictus adormecido entre la barba.



Hablan tus ojos de paz y de perdón

mientras pétalos de sangre llenan tus mejillas.

Cansado gesto arrastras en tu trono

Cruz en ristre, ajena pesadilla.



Sé que me miras cuando pasas

y en mi memoria lees cuanto ella guarda.

Y por tanto sabes de mi confianza

en tu cobijo fiel, firme esperanza.



Tiene tu frente espinas coronadas

símbolo ruin de burlas ensañadas.

Cada gota que tu sangre riega

abono es de comprensión calmada,

de mutua confianza, de fe ciega.



 Fueron versos del comienzo de mi andadura con los chavales de este pueblo al que ya considero casi como mío. Veinticinco años de enseñar y aprender con quienes ahora ya son ciudadanos “de pro” y cuya presencia me hace sentir de nuevo como en casa, como en aquella aula que compartimos y de la que todos nos llevamos algo positivo, ellos y yo. Al menos eso espero y siempre he vivido confiado en ello.


A la inmensa alegría de volver a Jabalquinto se une el orgullo de presentar esta medalla que ofrece Diario Jaén a quien agradezco el honor de haber contado conmigo para este acto en el que, bajo la presencia intangible de Nuestro Padre Jesús, contamos con la entrañable compañía de los miembros de la hermandad, de mi buen amigo Antonio García, fiel intérprete de la historia local y compañero de docencia, de nuestro alcalde Pedro, alumno inolvidable, de Lucia Vasco, alumna en el recuerdo, de Juan Espejo, alma mater de nuestro periódico local, de José Márquez, director comercial de Caja Rural   y, por supuesto, de ustedes, jabalquinteños todos.

Que la mirada de Nuestro Padre Jesús, ahora también desde la medalla que Diario Jaén nos ofrece, nos permita dilucidar hacia dónde dirigir nuestros pasos con la ecuánime sensatez de quienes se saben dueños de su destino. Un porvenir que, a buen seguro, contará con las páginas de diario JAÉN para proclamar logros y metas conseguidas.


Para terminar, permitidme que vuelva de nuevo a uno de mis poemas aparecido en aquellos “Versos al hilo de la Historia” que el Ayuntamiento editó en su día y que me sirve ahora para despedirme hasta otra próxima ocasión aunque como decía Ruyard Kipling “Nunca se dice adiós del todo; estaré con vosotros junto al horizonte”.

El verso tiene como protagonistas, como no, a Nuestro Padre Jesús y a su madre, la Virgen de los Dolores y, como ya se habrán podido imaginar, su título es EL ABRAZO.

Como es bastante largo y no quiero cansarles, este es un pequeño resumen:


Es tu madre, señor, quien te saluda

Con profundo dolor, atormentada,

María de los Dolores que te abraza

Enjugando su lágrimas. Cansada.



En tu camino de sangre hacia la muerte

Ella aparece de dolor transida.

Cruza sus ojos contigo y desespera;

Pero ella es madre y la esperanza abriga.



Abrazo de viernes santo, sazonado

De gargantas de vítores repletas.

Brazos de madre e hijo que se funden

Mecidos al hilo sutil de las saetas.



Y en todos quienes han vivido

Este abrazo de amor tierno y divino

Brota un ardor de fe, enardecido,

Que ilumina por siempre su camino.



Y ya solo queda disfrutar de esta medalla que DIARIO JAÉN, haciendo honor una vez más a su eslogan MAS DE LO QUE LEES, nos ofrece para mayor gloria de nuestro patrón NUESTRO PADRE JESÚS. Que él nos ilumine a todos.

Muchas Gracias.

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