domingo, 20 de febrero de 2022

Y el SONETO se hace DESPEDIDA. En recuerdo y homenaje a don JOSÉ LUIS QUERO, Cronista de MANCHA REAL.


 

Cuando alguno de estos sonetos mancharrealeños brotaban del recuerdo y se instalaban junto a la egregia imagen del templo que nos ha visto crecer, la noticia de la marcha hacia palcos celestes de don José Luis Quero me hace recomponer espíritu y lágrima para dejarme llevar no ya por la tristeza de la pérdida sino, además, por el perfume de la historia, por el aroma de las aulas que infundieron, bajo su paso, ese “aprender a vivir” con que los Maestros crecen, crecemos, junto a niños y niñas que se miran en nuestros ojos y nosotros en los suyos.

 

Cuando el recuerdo se hace soneto, las palabras se riman acaso por encanto y el dejarnos llevar por el dulce dolor de la nostalgia de lo vivido se agrupa milagrosa y metódicamente haciéndose verso, dándose a la luz del adiós.

 

 

Marchas ya, ligero de terrenales pesos,

Hacia la gran crónica que bien

con esa bonhomía y saber que nos regalas

Rememorando de la historia mil sucesos.

 

Fue tu pueblo motivo de embelesos

Del cariño acogido que apuntalas

Con tu sapiencia ungida por las alas

Del trabajo bien hecho sin excesos.

 

 En el recuerdo, José Luis, guardamos

Tus palabras, tu trato ¡gran fortuna!

Pues tu saber muy dentro atesoramos.

 

De esta tierra tu paso rescatamos

Y con dulce perfume de aceituna

Un beso en el adiós hoy te enviamos.

 

 

Nos dejaste mil y un estudios, muchas crónicas e infinidad de artículos escritos, hablados, comentados y entonados con tu incansable trabajo. Y en ellos descubrimos esa Mancha Real que se asoma a la historia y nos marca el camino. Dejémonos acariciar por estos clásicos versos de secular factura, que nos llevan a sobrevolar pequeñas pinceladas de nuestro devenir. Tres imágenes, los ancestros, el nacimiento y el porvenir, que solo son una foto fija, un retazo inanimado de los avatares por los que nuestra tierra, nuestro pueblo, Mancha Real, pasó y que nos hicieron como somos.

 

 

 

 

En paleolíticas hornadas fue habitada

Allende festones de la historia

En el albor de posterior victoria

La tierra de Soguero antepasada.

 

En broncíneos milenios abarcada

Surgen sin traba alguna disuasoria

Firmes, ansiosas de alcanzar la gloria,

Huestes Romanas rozando la alborada.

 

Musulmana tendencia hay en la huella

Que, en Peñaflor, mudada en alquería,

Tornasolada brilla cual si fuera estrella.

 

Béticos, quizá bajo celeste crucería

Amanecimos un día sin merma o mella

Siendo ya para siempre Andalucía.

 

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No hubo de enajenar locura

Juana, la reina castellana,

Cuando a Carlos propuso firme y llana,

La Manchuela fundar, gran aventura.

 

Dando fin la Reconquista, tarea dura,

Bien siguió la Manchuela, cuan samaritana,

Defendiendo caminos, veterana,

En esas lides de ambición futura.

 

En premio a mil desvelos aguerridos

Es Felipe II quien ¡oh, gran querencia!

De villa le otorga nombre y recorrido.

 

Y con él se intentó la independencia,

Con el puñado de reales consabido,

De un Jaén que no aceptó sentencia.

 

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El soplo de la crónica, anhelante,

Nos acerca de un monarca la presencia

Que para siempre nos dejó en herencia

Un nuevo nombre de aquí en adelante.

 

Felipe IV, en gesto relevante

Renombró con acierto en una audiencia

A esta villa de singular cadencia

Siendo ya Mancha Real en lo restante.

 

Nos obliga nuestro regio apellido

A caminar por los siglos bien altivos

Pues con él la historia nos ha ungido.

 

Y al futuro miramos, raudos, vivos,

Con los ojos y cuerpos extendidos

Hacia ese porvenir bien merecido.

 

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No podemos dejar en el olvido a Vandelvira y su paso iniciático por nuestro pueblo. Ese diseño, esos sillares dormidos en la historia, frutos dieron después, siglos en ristre. Pero aquí guardamos su esencia primigenia, su camino inicial, su sabio empuje…

 

 

Esa fachada que recorre tu vista

De Vandelvira da sobrada cuenta

Pues su mano fiel se representa

En la iglesia de San Juan Evangelista.

 

Genial aporte del genial artista

Pues es su sobrio toque quien sustenta

La singular esencia que instrumenta

Su justo matiz renacentista.

 

Continuaron en tiempos posteriores

Ventura Rodríguez, Juan de Aranda,

López de Rojas, sus fieles seguidores.

 

Y el resultado, como la historia manda,

Grandioso se presenta, pues creadores

De tal calibre Mancha Real demanda.

 

Como el rumor de la Historia, así, mayusculado, como bien defendería don José Luis Quero, quizá nos deje el ánimo abrumado, dejemos que otro rumor, el del agua que corre entre la ropa mezclado con el cántico cómplice de las mujeres que nos dieron la vida y el futuro, nos llene también de melosa ternura. Próxima parada, Las Pilas.

 

Rumor de mil aguas jabonadas

En el redil de lavadero presas

remondan ajuares, mil remesas,

pero añoran escapar albañaladas.

 

Ajuares de olivar, telas ajadas,

Entre sudor de manos inconfesas

Al agua regurgitan sus empresas

Entre manos ateridas y llagadas.

 

Las Pilas, recuerdo de mil cantos,

De confesiones, sueños y rumores.

Quizá también de reprimidos llantos.

 

Lavar atuendos, adecentar olores,

Disimular cansancios sacrosantos.

Trasiego de miradas sin rubores.

 

 

Y los elementos rugen luchando por emerger, todos a una. La Tierra hecha historia fue el primer soplo del verso dedicado. Llegó el Agua en el remanso de la ropa fruncida en el sudor aceitunero. Y pugna el Fuego por acercarse a iluminar conciencias. Una llama prende ya la Falla Mancharrealeña. Las pavesas del tiempo nos sobrevuelan. O quizá hacen que el reloj se detenga y nos espere.

Un apunte personal: No he olvidado las sabias palabras y el justo consejo de don José Luis cuando me correspondió el honor de pregonar las fiestas de la Hoguera, la Falla, de Mancha Real hace unos años. Siempre agradecido a su amable cercanía.

 

La furia contenida de la llama ardiente

En Falla primigenia se transmuta

Pues es nuestra tierra quien disfruta

De esa única hoguera bien presente.

 

Ese fuego que acaso nunca miente

Desdibuja en cenizas impolutas

Actualidades bufas en corchos y virutas

Cuan pavesas tornadas en simiente.

 

 

Las manos del artista bien definen

Mascaradas de agravio redimido

Cual efigies que al fiero calor gimen.

 

Y en su postrer y cálido bramido

Chanza y reflexión unidas lamen

Esa herida común que las ha unido.

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Aun nos falta asomar mirada y huella a los alrededores de Mancha Real, a esos parajes, paisajes, senderos, miradores y altozanos desde los que divisar la naturaleza y encontrarnos, quizá con ese que somos y que no siempre sabemos hallar en el cotidiano devenir.

 

La huella del paisaje se hace ojo

Ante el paso indemne del camino.

Sendero adelante, con buen tino

La Peña del Águila te guiña de reojo.

 

El cielo, el universo, azul y rojo,

desde Almadén cuan buen felino

alcanzar pudieras pino a pino

si el esfuerzo te impones con arrojo.

 

Sierra, cumbre, nieve coronada

Y del crepúsculo adicta sierva.

He ahí la tierra a ti postrada.

 

Al fondo una altiva ola ensoñada

Que a la oliva dormida ya le enerva

pues de aceituna se sabe ya preñada.

 

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Y, para terminar, un versito que podría haber salido de uno de los muchos niños y niñas que pasaron por el aula de don José Luis Quero. Palabras de cariño infantil, de admiración y de respeto hacia el Maestro que marcó caminos y guio pasos en la apasionante carrera por saber, aprender, crecer…

 

 

Se nos va nuestro Maestro,

Nos deja huella aquel “profe”

Que nos empezó a enseñar

Lo difícil que es la vida

Si no aprendes a soñar,

A alcanzar lo que pretendes,

A criticar, indagar,

Apurar condicionantes,

Elucubrar soluciones,

Investigar y ser fuertes

A la hora de asentar

Lo que íbamos a ser luego

Tras sus clases, su cariño

Y su empeño por forjar

A unos nuevos ciudadanos

Que pudieranse enfrentar

A los envites del mundo

 Sabiendo siempre parar

Los malos augurios vanos

Que nos suelen esperar

A la esquina de los años

Cuando miramos atrás.

Don José Luis, gracias mil

Por ser siempre aquel Maestro

Que nos enseñó a vivir.

 

Nos vamos dejando al Maestro, al Cronista, al Hombre, bajo la sombra de esa torre vandelviriana de San Juan Evangelista que rige los minuteros de nuestra historia mancharrealeña. Que el universo te acoja, te mime y te asigne un aula celeste con una ventana desde la que puedas seguir viéndonos. Cuídate. Cuídanos.

 

 Texto: Pedro A. López Yera

Imagen: Dibujo de Juan E. Latorre. 

Febrero 2022. (Publicado en DIARIO JAÉN el 20 de febrero de 2022)

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Bonito homenaje póstumo a mi querido Maestro.
    Tuvo la fortuna de ser reconocido en vida y poder disfrutar de la dicha de ser querido y respetado por todo el pueblo de Mancha Real.
    Un beso al cielo . D.E.P.
    MAESTRO

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