Hoy es el Día del Teatro y ¿sabéis? me encanta sentarme en una butaca y disfrutar de lo que el escenario nos ofrece. A veces me río, otras me emociono y siempre el teatro me llena de una especie de energía que me hace pensar, discurrir, imaginar, ser yo mismo y ser otros. Me recuerda a la lectura curiosamente. El teatro me abre puertas y ventanas, ojos y neuronas, alegrías y hasta alguna lágrima. El teatro es como la vida como me decía uno de mis profes a quien le debo muchas de esas emociones que me embargan cuando se levanta el telón.
Un día, no hace mucho, me senté frente a unas hojas y empecé a escribir. Los personajes que imagino parece que me hablan y que ellos mismos se van colocando en las situaciones que pienso. El teatro, no me cabe duda, tiene magia y nos hace partícipes de ella a quienes lo disfrutamos, a quienes lo interpretan, a quienes lo escriben y dirigen y, en especial, a los que nos sentamos en esas butacas que son vehículos hacia la imaginación, hacia la vida...
¡¡Viva siempre el teatro!!
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