martes, 13 de enero de 2015

¿No son sinónimos Jaén y Aceite?


 
Al hilo de las últimas noticias me he permitido bucear en la web de Deoleo, esa comercializadora, ahora en fase de  descubrir quién es el mejor postor que se la embolsa, y no he conseguido encontrar ninguna mención a Jaén. De hecho más de la mitad de los mismos son marcas italianas (Bertolli, Carapelli, etc.). En el caso de las “españolas” tenemos a Koipe, de la que se enfatiza su origen vasco y a Hojiblanca que insiste en sus olivares de Antequera.
Desde mi más absoluta y confesada ignorancia en temas comerciales no puedo por menos que asombrarme y mostrar mi más absoluto rechazo a esa situación. ¿No merece Jaén, la tierra del olivo por excelencia, aparecer siquiera en una pequeña nota al margen en este tema? Si os pasáis por dicha página observaréis que incluso en la historia se pasa de los Fenicios a un posterior triángulo entre Corduba, Astigi e Híspalis como centros olivareros.  A riesgo de tener que repasar mi geografía creo que en ese  territorio nunca se ha encontrado Jaén.
Ahondando aun más en mi ignorancia me da por pensar que nunca –tremenda palabra- ha habido en Jaén  especiales impulsos ni organizativos, ni industriales ni siquiera publicitarios respecto a nuestra joya de la corona. Si hasta he llegado a escuchar que el mejor aceite de España es  de…. ¡¡Reus!! Ni que decir tiene que tuve que morderme la lengua.
Italia nos come con sopas. Sopas mojadas en un exquisito platillo de nuestro aceite pero con su etiqueta. Y no pasa nada. Hace unos días apareció en un selecto dominical un mapa de las denominaciones de origen de aceites, vinos y otros productos. ¿Adivináis? En efecto, Jaén era solo un erial blanco sin ninguna flecha roja atravesándolo.  No había aquí nada que destacar.

Jaén y aceite no aparecen como sinónimos en ninguna búsqueda. Lástima.
Parece ser que uno de los compradores de Deoleo mejor colocados  es el fondo británico de capital riesgo CVC que ya tiene en cartera a Foster's Hollywood o  La Vaca Argentina. Pues qué bien. Alguno de nuestros políticos podría evitarlo y hacer algo por su tierra. Por su aceite. Desgraciadamente su mirada estará lejos de los olivares. Como siempre.

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