domingo, 13 de octubre de 2024

El ocaso de un cine olvidado.

  

El tiempo ajado, el cine muerto, la butaca llora. La neblina no es sino polvo aplastado en la vorágine del olvido. El aquelarre mezcla maderas con raídos terciopelos, crujidos con voces antaño modeladas, sombras con luces proyectadas. Cada soplo inclemente fugado desde un techo inexistente ya no suena a lamento. Nadie puede escucharlo. Vemos “el cuerpo herido” en mitad del campo de batalla, pero ya sin posibilidad de volver a la vida ni recuperarse del zarpazo del amnésico abandono.

La ingrata indiferencia pasea triunfante entre las butacas sin que nadie remedie su triunfo.
Una lágrima me recuerda que la realidad es cruel. Y más aún el olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario